domingo, 31 de enero de 2010

EL SHOW DE TRUMAN


En nombre del arte se pueden hacer muchas cosas, pero siempre cuando existe un consentimiento por las partes implicadas. En fin, no obligar a nadie a hacer algo que no quiera.

En el caso del Show de Truman, moralmente no es aceptable puesto que el protagonista de la obra ignora sus circunstancias reales y en ningún momento se le ha dado la opción de elegir. En la elección está la libertad, aunque sea una elección coaccionada. Al final de la película el protagonista decide salir hacia lo desconocido, aunque también hubiese sido posible que Truman se quedase en el mundo creado para él y por él, en el que todos cumplen sus deseos (mejor cabeza de ratón....).

todo esto aplicado al mundo del arte nos puede hacer reflexionar, yo pienso que a pesar de toda la creatividad e interés que pueda suscitar, una obra artística a costa de otro ser vivo sin un consentimiento explícito no es aceptable.

También nos podemos plantear casos como el del fotógrafo David Nebreda, enfermo de esquizofrenia recluido en su casa, sin tomar medicación y fotografiando las torturas que se autoinflige. En este tipo de casos el debate está servido y se complica ya que entran en juego valores tanto artísticos como médicos y morales.

Con respecto a este fotógrafo, por una parte se puede defender su propio criterio y libertad de elección a la hora de no tomar su medicación y dejar que su enfermedad le "inspire" en su arte. Por otra parte es algo peligroso, puesto que se esta hablando de alguien con una enfermedad mental que puede hacerle peligroso.

Así que su trabajo artístico me parece absolutamente válido y moralmente aceptable pero no así la manera en que lo consigue (el fin no justifica los medios).

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